jueves, 31 de mayo de 2012

La pagana mentira


Paseaba un joven pupilo con su maestro por el bosque. Ambos charlaban animadamente de las particularidades que tiene la vida y sobre esos pequeños detalles, obviados muchas veces, donde se halla la verdadera felicidad. Maestro y alumno habían creado una hermosa simbiosis en la que los dos obtenían su particular recompensa, pero ante todo, una imperecedera amistad había surgido entre ellos.

El alumno con la convicción de que una amistad ha de sustentarse sobre la confianza, expuso al mentor sus inquietudes. Le habló de una hermosa joven que había conocido de grácil porte, inimaginable belleza y adornada con una elegancia y una presencia capaz de enloquecer al más cuerdo de los mortales. El maestro escuchaba en silencio y de vez en cuando podía observarse como se le escapaba una pícara sonrisa. Siguió comentándole el discípulo que por varias veces había solicitado a la muchacha su atención, pero siempre se había topado con una frustrante falta de interés.

A pesar del vínculo contraído con su maestro, el joven no olvidaba que seguía siendo la persona encargada de su educación y en ocasiones le costaba proseguir, pero estaba decidido a finalizar su historia. 

-Tras las múltiples intentonas fallidas, logré cercarla un día y sin posibilidad de huida por su parte, conseguí forzar la conversación. Más soliloquio que diálogo, pues de su boca no salía sonido alguno y tan solo comunicaba a través del rostro un frustrante tedio. Llevado por la desesperación, fui inventándome una absurda historia con la intención de impresionarla.- Miró al maestro un tanto avergonzado y con un leve tartamudeo prosiguió-. La comenté que no era de aquí, que venía de lejos y que mis padres eran increíblemente ricos. Había llegado a estos parajes para aprender a ganarme la vida por mi solo, pero que en casa me esperaba una gran fortuna. Fue en este momento cuando empecé a captar su interés y la conversación fluyó. Al final, me mostró su intención de seguir viéndonos de forma periódica.

El maestro se llevó las manos a la cara en actitud reflexiva y le dijo: -Pero si tú no eres rico, tarde o temprano se percatará de ello ¿Cómo piensas sostener la patraña?

-Para cuando ella se entere -replicó el muchacho- espero que ya estemos unidos.

-Escucha bien esto que te voy a decir hijo, pues de ello habrás de sacar una conclusión. -Le contestó el maestro con voz grave-. Tenía Príamo una hija, Casandra, que obsesionada con poseer dotes adivinatorias, prometió a Apolo casarse con él si se las concedía. Apolo accedió y la alumbró con el privilegio de desentrañar el porvenir y de profetizarlo, a cambio de su amor. Según recibió el don, se desdijo de su promesa, provocando la furia de la deidad que en justo castigo la condenó a que nadie creyera sus vaticinios. Así, cuando Casandra anunció la tragedia que sobrevenía sobre Troya, Héctor, Paris y Príamo, nadie la creyó y la encerraron en una torre. Paris y Héctor partieron hacia Grecia en busca de la fatalidad. Ante la insistencia de la joven de que no se introdujese el caballo dentro de las murallas de Troya, nadie la escuchó. Con Troya destruida y convertida en esclava de Agamenón, vaticinó por dos veces que si entraban en el palacio de Argos morirían los dos. Ésta fue su última y más dolorosa predicción.- Concluyó el maestro-. Ten cuidado con la mentira, pues con ella suele ir unida la tragedia.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Saltó la liebre


Hoy he tenido conocimiento de una noticia que años atrás me hubiese parecido un escándalo de proporciones épicas, sin embargo después de tantas y tantas atrocidades, uno se acaba inmunizando. Pero no puedo por menos que mostrar mi indignación ante la flagrante burla de la que constantemente somos objeto. Lo más significativo de todo reside en el hecho de que el ciudadano siga aguantando tropelía tras tropelía, como si se hubiese resignado, creando un sistema inmune al abuso de los gobernantes.

La noticia de hoy me ha dejado entre confundido y asqueado por la total falta de escrúpulos y ética que impera en nuestro país. Todos somos conscientes de la descomunal cifra que hay que desembolsar para el rescate financiero de Bankia. Para el que no esté al tanto, se habla de unos 19.000 millones de euros, más los 4.465 millones que ya ha recibido del FROB. Un dinero que yo particularmente creo que no debería salir del bolsillo de los españoles, sino de las grandes fortunas de aquellos que han llevado a esa situación a la entidad. Ellos son los que deben de pagar.

Lo paradójico del asunto es que el Gobierno español se ha obstinado en salvar al rico con el dinero del contribuyente, lo que supone una falta de respeto atroz a todos los españoles. Y lo peor de todo, y este es el asunto que me ha llevado a escribir el artículo, se sigue premiando a aquel que ha provocado el mal. Un tal Aurelio Izquierdo, directivo de Bankia, va a percibir de indemnización, por abandonar la entidad, 14 millones de euros, además de compromisos de prejubilación, ¡casi nada! Todo ello como pago a la nefasta gestión realizada. Se va con 14 kilos y deja el pufo para que lo paguen los demás.

Mariano el “Reformero”, ya que es usted tan dado a la reforma, escuche esta que le propongo yo. Los directivos de las entidades financieras, protagonistas de la situación actual por su mala gestión, son los únicos responsables y los que deben indemnizar con sus patrimonios personales a los clientes. En el caso de que aleguen insolvencia, ¡a la cárcel! y de ahí que no salgan hasta que paguen. Cuando se den cuenta de que poco vale el dinero si no se puede disfrutar, empezarán a aparecer los bienes puestos a nombres de terceros y las cuentas bancarias en paraísos fiscales. Estos son los auténticos responsables y como tales deben de asumir su responsabilidad. ¿Qué le parece Mariano?, ¿no es más justo esto que lo que piensa usted hacer con el dinero público?

A lo mejor es que yo veo las cosas de una forma muy simple y no lo es tanto, pero… ¿por qué no se invirtieron esos 4.465 millones de euros en los españoles?, ¿por qué se invierten en un banco? A mi me sale que 4.465 millones de euros entre 47 millones de españoles son 95 millones de euros por cada español. Invierta ese dinero en trabajo público y ponga a uno de cada cuatro españoles parados a trabajar y así con el poder adquisitivo de los nuevos trabajadores se puedan generar nuevos puestos de trabajo, que a su vez generarán más y ya verá como a la larga se ve usted recompensado en la recaudación de impuestos. Lo que le sobre de ese dinero inviértalo en I+D+I y en aquello que tanta urticaria le produce, la educación pública. Rescate a la juventud española y enmiende la barbaridad que cometió Aznar, la de perder académicamente toda una generación de estudiantes que puso a trabajar en la obra. ¡Ah!, y deje en paz la sanidad, que es un derecho que se han ganado los españoles con sangre, sudor y lágrimas.

Yo me pregunto ¿hasta cuando tendremos que soportar este abuso? Al final voy a empezar a creer que tenemos lo que nos merecemos…, después de tantas vejaciones como nos han hecho sufrir y seguimos impasibles.

martes, 29 de mayo de 2012

La otra Justicia


Paseaban tranquilamente por el bosque un niño y su abuelo. Solían hacerlo con frecuencia, pues disfrutaban el uno del otro. El niño provisto de esa indiscreción que proporciona la edad en la que todo se quiere saber, preguntaba incesantemente a su abuelo sobre todo aquello que le llamaba la atención. El abuelo, por su parte, se regocijaba complaciendo la inocente naturaleza curiosa del vástago.

Ese día el muchacho le preguntó sobre los actos malvados de las personas y cuanto tiempo se podía ser malo. El abuelo le habló de la diosa Temis y le dijo que ella era la encargada de administrar la justicia, de castigar a los perversos. Le explicó que en el mundo de los hombres existían actos que no se podían permitir, puesto que provocaban el dolor y la miseria en otros hombres. Aquellos que vivieran en el mal debían rendir cuentas a Temis.

Prosiguieron caminando en silencio, pero el abuelo se percató que el niño había adoptado un gesto de preocupación, como si aquello que le acababa de explicar no hubiese sido de su entera satisfacción. Abordó al muchacho acerca de la cuestión que le provocaba la congoja. Él, en un principio rehuyó el interrogatorio del abuelo, pero acabó cediendo ante la insistencia del anciano. Le explicó que había un niño mayor que siempre que le veía le pegaba, le quitaba lo que tenía y le insultaba. Preguntó al abuelo sobre la razón de que Temis no castigara a aquel que le causaba dolor.

Empezaba a caer la noche y comenzaron el regreso al hogar. El chico se quedó mirando a la espera de una contestación y el anciano resopló ante la dificultad que se le presentaba. Tras un breve periodo de reflexión le dijo al muchacho que no siempre que se cometía una injusticia recibía castigo inmediato. Le explicó que no todos los malos actos causan el mismo daño y algunos no están sujetos a condena, pues estos son muchos y Temis solo puede ocuparse de los que revisten una mayor gravedad. A lo que el muchacho respondió si tenía que soportar eternamente esa humillación de la que era víctima.

El abuelo se sentó sobre el tronco de un árbol caído e invitó a su joven compañero a hacer lo propio. Una vez acomodados los dos el abuelo pasó su brazo sobre el hombro del nieto, como queriendo atraer toda su atención. Una vez acomodados le preguntó si conocía a Némesis, a lo que el pequeño respondió que no. Le habló de los males que se escapaban a la voluntad de Temis. Se refirió a ingratos, perjuros, orgullosos e inhumanos y a los malvados que escapaban de la justicia. Le recordó al ensimismado crío que todo el mal recurrente acaba recibiendo su justo y riguroso castigo, éste recibe el nombre de justicia retributiva o venganza. La diosa Némesis, adorada por muchos y odiada por otros, se encarga de aplicarla. Le dijo al muchacho que no temiera porque tarde o temprano todos los malhechores que escapan de Temis reciben la visita de Némesis. 


lunes, 28 de mayo de 2012

El retorno del compungido


Hacía un buen rato que la noche había desplegado su maravilloso manto oscuro, siniestro y mágico. Muchas noches, demasiadas me parecen ahora, cuya única compañía que tuve fueron las criaturas del bosque. Ellas me acompañaron en mi ostracismo y me dieron esperanza. No recuerdo con exactitud el tiempo que llevo lejos de mi hogar, ni siquiera alcanzo a evocar cuándo fue la última vez que conversé con alguien. Tampoco lo he añorado, pues en tú camino siempre encuentras un pastor o un labriego entregado a su faena, que evito por no retardar el paso, un paso que nunca me llevó a sitio alguno.

Hoy hace una noche fría y seca, demasiado para ser septiembre. Este año el invierno se presenta  duro y largo. Noto el bosque alterado, como si sus habitantes percibieran la crudeza que está por venir. Ha sido un día extraño, enrarecido y no se explicar la razón que me lleva a ese pensamiento.

Demasiados años fuera del hogar, muchas jornadas sin recuerdos, vagando sin rumbo definido. Ahora vuelvo como prófugo de la vida, cansado de huir y entregando su lucha. Marché joven y vigoroso y vuelvo viejo y cansado. Cuantas veces me arrepentí y pensé en volver, mas el miedo me lo impedía, jamás retrocedí lo andado. Pero ahora soy demasiado anciano para temblar, ya no tengo nada que perder y mucho que ganar.

Todavía recuerdo la noche del adiós, la deje durmiendo, con sus bucles negros como el carbón, deslizándose por su mejilla. Yo era un adorador de tinieblas, pues solo así se explica que escapará de tal belleza. 


domingo, 27 de mayo de 2012

Las focas neandertales


Cualquier afirmación que se haga en tema tan resbaladizo como el del arte paleolítico, más si es referida a cuestiones como sus orígenes o autorías, debe hacerse con todo tipo de cautelas. Todo son suposiciones que se pueden sustentar en unas bases más o menos fiables desde el punto de vista metodológico, pero cuya aceptación debe responder a un cuestionamiento crítico de los datos ofrecidos así como de los métodos y técnicas empleados para conseguirlos. Hace relativamente poco, a principios del mes de mayo, se dio a conocer una noticia que, de ser cierta, revolucionaría un campo tan discutible y problemático como el relativo a la evolución humana: la posibilidad de formas artísticas debidas a la mano del Neanderthal.

Situándonos en el contexto, los datos provienen de Nerja, en la provincia de Málaga. La cueva de Nerja constituye una de las estaciones con arte paleolítico situadas más al sur del continente europeo. En conjunto, se ha descrito una interesante presencia de muestras de arte rupestre que correspondería a dos momentos: según la cronología absoluta, un primer grupo tendría unas fechas de entre 20.000 y 16.000 años antes del presente; y uno segundo, posterior, fechado en torno a hace 12.000 años (habría que añadir otros conjuntos encuadrados dentro de periodos más recientes de la Prehistoria). La cueva destaca por la variedad tanto estilística como temática de sus manifestaciones. Aunque siempre llamó la atención un conjunto de seis pisciformes en uno de los camarines más profundos y ocultos de la cavidad.

Son estas últimas representaciones las que han levantado la polémica. En primer lugar, han sido identificadas como focas. El dato en sí no es más relevante y no suscita ningún interés en particular, ya que las representaciones de focas son conocidas en otras estaciones de arte rupestre. Sin embargo, el dato problemático deviene de su supuesta cronología. Recientes estudios y análisis cronológicos de restos de carbón aparecidos al pie de las pinturas podrían datarse con una antigüedad entre los 43.000 y los 42.000 años. De existir una relación entre las pinturas y los restos del carbón, y de ser exacta la calibración cronológica, estaríamos ante unas focas neandertales (más bien pintadas por ¡neandertales!).

La noticia tendría un especial calado e implicaría la suposición de una capacidad estética al hombre de Neandertal que hasta el momento sólo se pensaba y se consideraba como un rasgo definitorio del Homo Sapiens Sapiens. Las implicaciones de esa cronología son más que evidentes.

Sin embargo, los datos deben ser manejados con mucha precaución. Las muestras fueron recogidas de unos restos de carbón que aparecieron en el suelo a unos diez centímetros de las pinturas. Es decir, no existe una cronología para las pinturas propiamente dichas. En todo caso, los investigadores deberían ser capaces de establecer la relación entre la muestra datada y las pinturas de las focas, cuestión más que complicada. En todo caso, es un asunto sujeto a mera suposición.

Sin ser experto en la materia, me parece totalmente cuestionable la atribución de una relación entre unos restos de carbón aparecidos al pie de las pinturas y las focas representadas. Es una aventurada suposición cuyo último fin, quizá, pueda ser atraer la atención sobre un yacimiento de importancia tan destacada como el que alberga la cueva malagueña. En época de crisis económica, las disciplinas humanísticas suelen ser las primeras en caer en las sangrientas batallas de los recortes. Y en la guerra, está claro, todo vale. Pero como en el caso de las focas neandertales, todos son suposiciones.

Luis Pérez Armiño


viernes, 25 de mayo de 2012

A estas alturas me vais a arengar...

Esta historia está dedicada a aquellos que hablan del pueblo sin conocerle, que predican con una gracilidad pasmosa sobre los intereses comunes y la unidad del hombre en un mundo solidario. Son estos, que parecen inocentes, los que mayor peligro acarrean cuando “cuelan” su discurso. Aquí presento a la versión más hipócrita de la sociedad, los que juegan con las ilusiones de los más pobres para enriquecerse a costa de ellos. Ocultos tras su máscara, se han apoderado de los valores del obrero, y se han diluido con los que sí luchan por el pueblo. No es tan difícil desenmascararlos, pues apestan a terror, odio y penumbra.

Una regla en común que tienen todos estos sucios es la de tratar al pueblo cual borregos. Cuentan con una virtud increíble, que, junto con la verborrea, les otorga el éxito en su misión. Esta cualidad, por mi parte inexplicable, reside en el hecho de ser creídos y aceptados por sus víctimas. Llevan, o buscan llevar, una vida de lujo, con unas ciscunstancias muy distintas la de ese pueblo “al que defienden”. El sufrido pueblo tiene otra realidad diferente e incomprensible para estos postineros que sin embargo logran convencerles de sus sucios sueños. De no ser por el daño que hacen, es para reconocer su mérito. ¿Cómo pueden hablar de hambre con esa convicción si nunca la han tenido?

El “modus operandi” para llegar al poder se basa en dos tácticas a seguir: la natural o táctica deseada, y la de emergencia. La primera es grácil y sutil y consiste en engrosar su base de votantes o de afines a su causa, para dotarla de fuerza. El apoyo popular es imprescindible. Las armas utilizadas parten de una ingeniosa y envolvente campaña que predica la igualdad, la libertad, la justicia, la honestidad,…, siendo conscientes de la inexistencia de tales valores.

La segunda táctica, cuando ya se tiene el poder o una fuerza suficiente para conseguirlo, consiste en escupir sobre los falsos valores que predicaron anteriormente. Aquí se les empieza a ver el verdadero rostro, cuando ya es demasiado tarde. Es importante la utilización de herramientas persuasivas como la represión, la censura, la mentira, el exterminio y la envidia. Una envidia que camuflan en hermosos sueños, pero en realidad son sueños de postín a costa del incauto y el débil, al que dicen proteger. Lo normal es, a no ser que se complique la situación, seguir la línea pacífica todo lo posible, siendo la mentira el instrumento más utilizado.

Aquí es donde os digo que todo en vuestro mundo es fachada y mentira. No es la sangre del pueblo lo que representáis en vuestras enseñas, sino que ese color es el de la capa Satán, no intentéis confundirnos. Decís no creer en el Maligno, porque ni siquiera creéis en vosotros mismos. Vosotros si que adoráis a falsos ídolos. No veis más allá del poder y el dinero.

Hoy os voy a recordar vuestra miseria, esa que os persigue desde hace décadas y que os acaba de estallar. Esa que os ha hecho débiles, y presa de un monstruo todavía más glotón, vuestro mayor enemigo, que en definitiva tiene vuestro mismo objetivo, pero no usa careta. Ese que os ha privado de seguir engañando al incauto, pues ahora el incauto es suyo. Os rasgó los galones y os degradó al nivel de rateros de bajos fondos. Pobres engendros del absurdo y la ridiculez, que ya no sois capaces de asustar ni a un niño. Yo, un nadie, os concedo el perdón, pues lo mismo que el bufón divierte el rey, vosotros lo hacéis con el mundo, y necesitamos de la risa. Pero tened en cuenta, si algún día es propicio vuestro retorno, que no lo hagáis, pues es muy cruel jugar con el esfuerzo, las ilusiones y la miseria del pueblo. ¡Sed honestos!, por una vez... y consecuentes..

Hay que revisar ciertas posturas y su papel en la sociedad, pues la globalización y la política corporativa las han dejado fuera de juego y a expensas de los buitres que utilizarán sus valores para beneficio propio, engañando al, ya confundido por las circunstancias, obrero.

Esto está dedicado a aquellos que se dicen representantes del pueblo y se representan a ellos. A los que hablan de reparto para repartir entre ellos. A todos aquellos que habéis escupido sobre los valores de aquella "vieja y defenestrada organización", pero la utilizáis para lucraros. Sois igual que la Iglesia, es más, sois la Iglesia del obrero. Para evitar las malas interpretaciones e insanas especulaciones, no es solo lo que acaba de irse, es todo lo que reluce.

Reposición.



En un primer momento


En el año 1859 Charles Darwin publica "El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida". En esta obra Darwin postula que todas las especies, incluido el hombre, que viven en la tierra no siempre fueron así, han sufrido una constante evolución durante millones de años para aclimatarse al medio. Esta teoría significó un duro golpe a la Iglesia que veía como sus pilares amenazaban ruina. La teoría de la evolución trajo consigo una nueva conceptualización del mundo. La ciencia cobraba protagonismo sobre un creacionismo agónico.

La prehistoria es sin duda el periodo más enigmático. La ausencia de pruebas nos lleva en muchos de los casos a trabajar con hipótesis, amparadas por la lógica, que permitan esclarecer los misterios de la evolución humana. Cualquier hallazgo, por pequeño que parezca, nos aporta una serie de datos claves para desvelar las innumerables incógnitas sobre la evolución de la raza humana.

Cuanto más nos adentramos en la inmensidad del tiempo, más difícil se nos hace encontrar evidencias de lo que allí pudo haber ocurrido. Establecer los contextos históricos es un proceso complicado que requiere de un gran esfuerzo, en muchos casos titánico, para poder hacernos una idea de como transcurría el día a día de nuestros ancestros. Para ello, la historia ha contado con un gran aliado, la ciencia, cuyos instrumentos han permitido encuadrar cronológicamente los hallazgos que se han ido encontrando y así recomponer un puzzle del que todavía faltan muchas piezas.

La prehistoria hay que entenderla como un proceso lento, pero de continua evolución. El hombre va perfeccionando los utensilios y herramientas, haciéndolos cada vez más prácticos y mortíferos. Este proceso se dio en todas las zonas geográficas, pero con distinta temporalidad.

Dos van a ser los aspectos claves en la evolución humana, que además están ligados entre sí. Por un lado está el bipedismo. Cuando los primeros antecesores del ser humano abandonaron las zonas boscosas para adentrarse en la sabana, se vieron obligados a erguirse sobre dos patas para poder vigilar, por encima de la vegetación, el ataque de posibles depredadores. Con el tiempo la posición erguida fue una constante, dejando libres las extremidades superiores para ser utilizadas en otros menesteres.

El otro gran aspecto, clave en la evolución, fue el desarrollo craneal, que permitió al ser humano fabricar utensilios cada vez más complejos, pero tuvo su contrapartida. Con la posición bípeda la cadera humana adopta una disposición cónica, nada aconsejable a la hora del parto y que se agrava con las extraordinarias dimensiones que adquiere el cráneo. La unión de ambos factores dificulta ostensiblemente el alumbramiento. Esta es la razón por la que los seres humanos nacemos antes del tiempo de gestación que deberíamos tener y con la carencia del hueso central del cráneo, para permitir la elasticidad de la cabeza y favorecer el nacimiento. De no ser así, la mujer no resistiría el parto. A pesar de que la medicina ha evolucionado mucho en los dos últimos siglos, no olvidemos que muchas mujeres en la antigüedad no sobrevivían al nacimiento de su hijo.

La posición bípeda proporcionó al hombre la posibilidad de utilizar las extremidades superiores en la fabricación de armas y utensilios, que a su vez pusieron a trabajar al cerebro en la perfección de las mismas, lo que desarrolló la inteligencia. También cabe la posibilidad de que fuese al revés, pues si algo tiene la prehistoria es su gran aceptación de hipótesis y teorías.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Bendita inocencia


Tengo un especial cariño a estos versos, pues fue de las primeras veces que me visitó la musa. Era pequeño e inocente, ¿o no tanto?, lo cierto es que ya era yo.

Con la noche tuve miedo,
con la lluvia dolor,
pero solo tus ojos sinceros
concedieron el perdón

Es ese llanto de los penados
que lacerado deja mi ser,
con mucha fuerza y arrojo,
tesón y brillantez habré de vencer

Mientras haya un solo
menesteroso orador,
con furia en mi mano
daré muerte al traidor

Los santos inocentes


Reunidos, como suelen hacer para dirimir cuestiones menores, se hallaban los representantes del pueblo, cuando tomó la palabra un anciano a quien nadie había visto nunca.

-Sabed hermanos que voy a ser breve, pero duro y conciso en la postulación ¿Dónde están los dioses? ¿Alguno los habéis visto? ¡Yo os diré donde están!- Clavó la mirada en el auditorio, una mirada profunda, directa, como la del que se sabe que ostenta la razón.

-Solo existen los dioses en vuestra imaginación, en vuestro miedo, en vuestra ignorancia. Pues seguro estoy que no son más que un maquiavélico invento de aquellos que os quieren someter. El poder requiere del pueblo para existir, ¡no olvidéis esto!,  –dijo con mucho énfasis-. Sin mandados no existen mandatarios, no se puede someter si no existen sometidos y necesitan del pueblo para hacerlo. Pues el pueblo es quién tiene el verdadero poder, pero lo ignora. Y ellos se aprovechan de tal circunstancia para evitar que lo asimiléis y sigáis siendo esclavos de su farsa.

-Nunca os habéis puesto a pensar el miedo que recorrería al tirano si alzaseis al unísono la voz contra él. Es por ello que necesita de sólidos argumentos que os sometan. Recordad que no hay mejor discurso que el del miedo y de él se nutre. Pero el miedo no está solo, pues se os priva de la educación, para que también seáis ignorantes y no descifréis el macabro juego. Ávidos estrategas no descuidaron nada en el plan y así prometieron dioses y vida eterna ¡No os preocupéis!, os dijeron, que aquel que sea manso y acate las normas vivirá eternamente en paz.

Al final de la plaza pudo ver como los soldados se abrían paso, pero antes de que le llevaran preso pudo exclamar: -Os han dado una vida miserable en la tierra, pero el aliciente de una vida eterna. Se despojaron de su responsabilidad como vuestros ejecutores y para refrendar la injuria a la que os someten concibieron a los dioses. No somos nosotros quienes juzgamos, sino los seres que están por encima del bien y del mal, así pues obedeced, os dijeron, sino os atormentareis en el Tártaro. Preguntaros sobre la razón de que omitan las reglas divinas y se limiten a disfrutar de las riquezas que vosotros mismos les habéis proporcionado ¿No son acaso las doctrinas divinas comunes para todos los humanos?

Mientras se le llevaban se alcanzó a oir: -Os acabo de enseñar el camino de la libertad, queda en vosotros tomarlo. Tan importante es lo que os he dicho que pago con mi vida el mensaje.

Días después en la misma plaza vieron al anciano camino al patíbulo. Tanta justicia divina que le predicaban mientras era llevado al cadalso, mas no hubo verdugo alguno que no fuese el hombre.


martes, 22 de mayo de 2012

Kurbak, el ermitaño


Mi nombre es Kurbak, o el Loco del Monte, como gustan algunos decirme. El cómo acabé abandonado en una cabaña perdida en el calvario es difícil de determinar. Quizás influyera mí profundo ego, una inconsciente prepotencia capaz de alzarme sobre el resto de humanos. Poderoso sentimiento que otorga la suficiente seguridad para saberse dueño de la verdad y la razón. Yo estaba por encima del bien y del mal.

Fue necesario encontrarme solo, abandonado y sin nadie que se preocupara o le preocupara cuestión alguna de mi ser, para darme cuenta de mi situación. Es entonces cuando la soledad te golpea y te empuja a los brazos de la reflexión. Tras mi insuflada divinidad se escondía una inseguridad patológica, alimentada por un miedo que no era capaz de percibir. Mi grandeza no era más que un factor psicológico de compensación, un mecanismo de defensa ante la miseria que poseía mi alma.

Resulta paradójico como mi naturaleza humana me empujaba a creer que me idolatraba, cuando en realidad sentía hacía mí un profundo menosprecio, incluso odio. Llegué a darme cuenta con el tiempo que todo mi ser era efímero y con certeza no me sabía imperfecto, porque simplemente no existía, creía hacerlo. Me tenía por grande, sin ninguna base que sostuviera ese pensamiento. No valoré la necesidad de rendir cuentas a los demás, pues convencido me hallaba de que el mundo me las debía rendir a mí. Me invité al banquete de los dioses sin ser divinidad.

Cuando no cuidas una dolencia, ésta se hace crónica siendo muy difícil la sanación. Dentro de mi ser agónico encontré la causa del mal, pero ya era tarde, la debilidad y cobardía se habían enquistado en lo más profundo de mí ser. Nunca afronté la vida y sin saberlo huía constantemente de ella.  

Este es el castigo a mi soberbia, terminar en el ostracismo. Maldije la ignorancia de los demás sin saber que también era mía, pero como todo en mí lleva su particularidad, a la ignorancia le añadí la intransigencia. Vacío estoy, pues a nadie tengo en el mundo con quién compartir mi sufrimiento. Mi razón me dejó solo y aunque tarde aprendí que no existe la verdad sino se puede compartir.